Holaaaa
Se que hace mucho que no cuelgo un capítulo, pero aquí os lo dejo.
Que os guste.Episodio 1: Secuestro en el Supermercado.Capítulo 2Nada más aparcar la SUV, un hombre con una chaqueta del FBI les abordó al salir del coche.
_Agente Booth, doctora Brennan, por aquí_ les señaló.
Mientras caminaban hacia el cadáver, Booth volvía a retomar la discusión que había mantenido con Brennan en el Royal Diner.
_Oye Huesos…
_Por última vez, no te voy a enseñar el libro_ dijo subiéndose la cremallera del traje.
_Pero, ¿por qué no? Sabes que tengo derecho a ser el primero en leer-….
Pero Brennan ya no le escuchaba. La antropóloga se agachó junto al cadáver dejando con la palabra en la boca a su compañero.
_Varón. La fusión de la epífisis sitúa la edad en unos… treinta o treinta y cinco años. Rasgos negroides. El cráneo tiene dos golpes: uno en el hueso frontal y otro en el parietal. También presenta múltiples fracturas por la zona de las costillas y las piernas, probablemente causadas por una brutal paliza. Estimo que el cadáver lleva muerto…unos tres días. Lleven todo al Jeffersonian_ se levantó y se dirigió a Booth_. Llama a Hodgins y dile que analice la ropa cuanto antes para localizar un posible escenario de la muerte.
_ ¿Cómo? ¿No murió aquí?_ dejó de repente de escribir en sus notas.
_Exacto ¿Ves las marcas de ruedas y las huellas de unas botas en la arena? Probablemente, el asesino, al no poder con el peso del cuerpo, decidió llevarlo en una carretilla o algo parecido.
Booth se giró hacia el equipo forense del FBI que les había mostrado el cadáver y gritó.
_Ya han oído a la señora…
_Señorita, si no te importa_ le corrigió Brennan que continuaba examinando el cadáver.
_Bueno, pues ya han oído a la señorita, ¡lleven todo al Jeffersonian!
_ ¡Dios mío! Que manera de corregir tan…_ le dijo Charlie suspirando.
Como única respuesta, recibió una mirada asesina de Booth.
_Ahm… yo ya me…sí_ dejo inconclusa la frase y se fue.
Una vez sólo, el agente miró a su compañera de reojo.
_Y que lo digas. ¡Menuda mujer!_ dijo murmurando para sí.
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En otra parte de la ciudad, una chica se deslizaba en su skate, mirando los escaparates repletos de libros de aquella calle.
De repente, y sin previo aviso, chocó contra alguien, con tal fuerza que salió disparada unos cuantos pasos, cayendo de espaldas.
_Lo siento, lo siento, no ha sido mi intención. Iba un poco despistada mirando las tiendas y no te vi. Lo siento, de verdad_ se levantó. Una vez de pie se miró la camiseta. Estaba toda manchada con el café que bebía aquel chico antes del impacto.
_Más te vale sentirlo. ¿Sabes cuanto cuesta esta camisa? Es de seda natural. Seguro que nunca habrás visto tanto dinero junto en tu vida_ dijo retorciéndose para mirar las tres diminutas gotitas de café que manchaban la espalda de su camisa. Parecía un perro que se intentaba morder la cola.
_Pero… ¿tú eres tonto o qué te pasa? Ni siquiera te has manchado la mitad que yo.
_Ya, pero no compares la calidad de mi ropa con la de la tuya. No hay color.
_Ya. ¿Sabes de lo que me estoy dando cuenta?_ le dijo la chica acercándose.
_ ¿De qué? ¿De qué te gusto?_ contestó preguntando y aproximándose de igual manera que la joven, sonriéndole de una manera muy cínica.
_De que puede que mi ropa no sea tan cara, ni tan bonita, ni de tanta calidad como la tuya. Pero entre mi inteligencia y la tuya, sí que no hay comparación_ le respondió con una mueca de victoria en los labios_. Y por cierto, eres un idiota redomado.
Todas las personas que pasaban les miraban sin detenerse, murmurando palabras de desagrado como <<Estos jóvenes de hoy en día ya no respetan nada>> por el espectáculo que estaban montando, excepto una persona, que observaba a la chica desde las sombras.
_ ¿Sabes qué? No voy a discutir más contigo, niñita.
_Claro. No creo que tu cerebro dé para más frases ocurrentes.
_Ja ja ja, me parto. Tienes mucha chispa.
_Lo sé_ dijo con suficiencia.
_Era un sarcasmo, por si no lo has notado.
_Lo sé. Lo he notado_ le recalcó cada sílaba de la última frase.
Después de dejar al chico algo mosqueado, recogió su mochila y skate del suelo. Cuando se disponía a irse, una voz a su espalda la hizo estremecerse hasta la médula.
_Veo que mis hombres no se equivocaban. ¡Tienes el mismo temperamento que antaño!_ dijo el hombre de las sombras.
_Y tú posees el mismo factor sorpresa que siempre. ¿Qué quieres?_ se giró hacia el hombre que la hablaba.
_Simple. Quiero que vuelvas al negocio. Eras con la que más dinero ganaba_ la susurró al oído.
_Eres un pervertido, y no voy a trabajar para ti. No te pertenezco_ dijo esto último apretando los dientes con rabia_. Además, si tus hombres no lo han conseguido, no lo harás tú.
El chico, que aún seguía intentando mirarse las manchas de café, se dio cuenta de la tensión que reinaba entre la chica con la que había discutido y aquel viejo que tenía toda la pinta de ser peligroso.
_Me temo que sí, preciosa_ la cogió bruscamente del brazo.
_Quítame las manos de encima, o te juro que…
_ ¿Qué? ¿Me vas a pegar?
_Por supuesto que sí, cerdo.
Le dio una patada en su virilidad y salió corriendo, dejando caer sin querer su mochila.
_Vaya, vaya, molestando a una jovencita. ¿Sabe que le puedo acusar de pederastia?
_No tiene pruebas_ dijo levantándose con dificultad. La patada le había hecho doblarse de dolor_. Además, seguro que ni siquiera eres poli.
_Cierto_ sacó la placa del bolsillo_. Soy agente del FBI, y si quisiera le podría retener veinticuatro horas en comisaría.
_No te conviene defender mucho a esa zorra. Es peligrosa.
_Sí, claro_ cogió su chaqueta del suelo_. Lárguese.
_Ya nos veremos_ sonrió de una forma muy siniestra.
El chico lo vio alejarse, con un mal presentimiento sobre aquel tipo. ¿Por qué aquella chica desconocida, que había peleado con él, se puso tan tensa al ver aquel hombre?
La verdad es que sintió unas ganas tremendas de pegarle cuando vio que la cogía tan bruscamente. Pero, ¿qué estaba pensando? No la conocía de nada y además le había llamado idiota redomado.
El sonido de su móvil le sacó de sus cavilaciones.
_Aquí Liam… ¿qué?...vale, ya estoy en camino. Nos vemos.
Se puso sus Ray-Ban aviador y se dirigió hacia el coche, pero antes reparó en una cosa del suelo. La mochila de aquella chica estaba tirada. La cogió y puso rumbo al Jeffersonian. Al estar allí averiguaría quien era la misteriosa muchacha.